Los ministros de Educación dieron, así, el visto bueno a los indicadores sanitarios que habían definido los equipos de Salud en una reunión técnica. Se trata de una suerte de “semáforo epidemiológico” que le indicará a cada jurisdicción si, por la situación por la que están atravesando, tienen bajo, mediano o alto riesgo al volver a encuentros educativos presenciales.
Con esta “guía de análisis” a mano, cada uno de los gobernadores y el jefe de gobierno porteño podrán medir en qué lugar quedan parados. Si el riesgo es alto, obviamente no podrán reabrir las escuelas; si es mediano o bajo, podrán iniciar actividades educativas no escolares; y si es bajo podrán -también- volver a las clases presenciales tradicionales.
Clarín pudo saber que a la Ciudad de Buenos Aires el “semáforo” le da mediano. Y que ya tiene todo listo para arrancar la semana que viene. Comenzará con la revinculación de los 6.500 estudiantes que perdieron todo contacto con la escuela, y también con los alumnos que están terminando la primaria y la secundaria.
Noticia en desarrollo
Comentarios
Publicar un comentario